Wednesday, October 18, 2006

Comentario a la célebre Frase de Nietzsche:

“Dios Ha muerto”



¡Hombre ten cuidado!
¿Qué dice la profunda medianoche?
“¡He dormido, he dormido!
He despertado de mi profundo sueño
¡El mundo es profundo!
¡Y más profundo de lo que pensó el día!
¡Profundo es su dolor!
¡El goce es mas profundo que la aflicción!
El dolor dice ¡pasa y acaba!
Pero todo goce quiere eternidad,
Quiere la profunda eternidad”

Zaratustra


Quizás esta sea la frase mas controvertida del filósofo del Siglo XIX, controvertida porque quizás con esa frase viene a sintetizar todo el devastador ataque a los valores impuestos por la sociedad occidental, valores que no dan cabida nada sólo a aquello que la sociedad toda nos impone y considera que es bueno.
Muchos tienden a tergiversar el mensaje de Nietzsche, no han faltado, sin embargo, intentos de sistematizar el mensaje Nietzscheano a veces desde un punto errado del exegeta de turno que cree conocer verdaderamente lo que les plantea Nietzsche. Por ejemplo, para algunos autores como Luckàcs, la filosofía nietzscheana representa un claro precedente ideológico del nazismo[1] cosa que para mi es absurda.
Tratar de integrar el pensamiento de Nietzsche en un sistema coherente constituye una empresa condenada al fracaso. Él lo dejó dicho: “Yo desconfío de todos los sistemáticos y me aparto de su camino. La voluntad de sistema es una falta de honestidad”[2]
Creo que es mi misión deja en claro y prevenir a quien se está iniciando en el estudio de este gran filósofo porque las interpretaciones sesgadas, unilaterales de uno u otro bando han demostrado a través de la sucesión de los años ser totalmente erradas.Porque, si bien es cierto que nazis y fascistas destacaron el rechazo Nietzscheano de las ideologías igualitarias, su odio a la plebe y su exaltación de la guerra y del hombre superior que se alza sobre los mediocres e indignos, tuvieron muy a bien ignorar otros pasajes de Así Habló Zaratustra, por ejemplo, en donde abomina de ese nuevo ídolo que es el Estado, en donde niega que la verdad pueda estar del lado de los incondicionales y dogmáticos, y en donde apela a la reflexión individual, desacreditando las doctrinas que tratan de imponerse por la fuerza. . Porque este viejo solitario y terrible no sólo pretende poner en entredicho nuestras creencias de Dios y de otra vida después de la muerte, sino que intenta rechazar también las relativas a la existencia e inevitabilidad del progreso, a la capacidad de la razón científica para comprender el mundo y a la fuerza de la técnica para dominarlo, he ahí para mí la principal cuestión del vitalismo, en la razón de cuestionarlo todo y he ahí la renovación de la filosofía en su aspecto mas reciente y mejorado tomando lo que esencialmente - no sólo para mi sino también como sostiene el gran Jorge Millas - debe ser la labor del filósofo.
Ahora bien , la famosa y controvertida frase – para los conservadores y poderes eclesiásticos claro está- y que es la primera parte del célebre libro “Así Habló Zaratustra” va mucho mas allá de un discurso metafísico, es decir la sola idea de que “Dios no existe” se aparta de la idea Nietzscheana, no quiere entrar en ese tema por considerar que la frase “Dios Ha Muerto” es mucho mas poderosa y devastadora que la sola comprobación de la existencia de Dios, en tal caso Dios ha de poder morir y lo han matado los propios hombres y el encargado de dar este mensaje es el propio Zaratustra quien trata de despertar las conciencias dormidas.


El hombre mata a Dios por resultarle insoportable el que le compadezca, el hombre mata a Dios porque quiere desatarse del yugo nihilista que muchas instituciones tratan de imponer sobre todo el cristianismo[3]
Los ilustrados del siglo XVIII eran históricamente los asesinos de Dios, pero los filósofos alemanes no se habían atrevido a llevar a sus últimas consecuencias una hazaña semejante. Nuevas realidades trascendentes habían venido a ocupar el lugar del viejo Dios: la razón, la ciencia, la moral, la historia y principalmente el Estado. Zaratustra no viene, pues a extender el certificado de defunción del viejo Dios judeocristiano, sino a prevenirnos de las instituciones que están ocupando su lugar, a dar un violento toque de atención contra las consecuencias que se han derivado del hecho de la orfandad del hombre. Y es que su tremenda soledad radical le ha llevado a venerar nuevos ídolos con vista a sentirse protegido. La muerte de Dios, lleva pues emparejada, tanto la negación del escapismo metafísico, en el terreno teórico, como la destrucción del Estado, en el plano político social., porque muchas personas consideran la solución de sus males a estos dos puntos anteriores, creen que son la salida a un mundo mejor, cuando por el contrario es el símbolo de la enfermedad que acarreada durante siglos nos adoctrina en base al engaño, el miedo, la putrefacción de nuestros valores y lo que es más importante nos hace negar lo que somos en si mismo.
Entonces ya he dicho que la muerte de Dios supone el rechazo de toda idealidad trascendente. Si lo repito aquí es para destacar que la crítica de Nietzsche va mucho más allá que el mero anticlericalismo de su época, que identificaba al cristianismo con la alicorta versión burguesa y provinciana del mismo. Dios es aquí símbolo de toda trascendencia, de todo lo que pretende erigirse por encima y en contra de la tierra y de la vida. De este modo, negar a Dios equivale a situar en el origen de la realidad humana la vida inconsciente y la naturaleza en lugar de la idea, aceptar que la vida es producto del azar. El mensaje de Zaratustra no comienza diciendo que en el principio existía el verbo, el Logos, sino constatando que en el principio, era la materia. La muerte de Dios significa pues, el fin del concepto.
Por último hay que aclarar que el Dios que ha muerto no responde sólo al concepto de divinidad judeocristiana, sino ante todo y sobre todo, al Dios Moral presente ya en Sócrates y en Platón. En este contexto el fin de Dios equivale al fin de los dualismos a saber: tierra- cielo, materia- espíritu- alma- cuerpo, bien- mal. Tales dualismos suponía la valoración de uno de los extremos del rechazo y la condena del otro. El fundamento de los mismos no era otro que el resentimiento de los débiles obsesionados por la búsqueda y denuncia de los responsables de su impotencia. Este era el factor generador de la moralidad, fundamentada en la existencia de un Dios único. Su muerte significa pues, la afirmación de la desigualdad amoral de los individuos humanos, la constatación del pluralismo inocente pues, como señala Deleuze “la inocencia es la verdad de lo múltiple”.
Es así como Nietzsche expresa la crítica más descomunal que existe a nuestros valores, dejando de lado toda política y hablando desde el corazón hasta hacernos entender que podemos cambiar las cosas, es así que a Nietzsche el valor moderno se le presentaría como una sociedad tecnologizada – probablemente cuando los historiadores estudien nuestra época la señalarán como una época materialista -. En resumen Nietzsche nos explica que debemos refundar los nuevos valores, valores en que confiemos en nuestros instintos, en esta nueva sociedad Nietzscheana entonces, habrá espacio para la crítica, para la reflexión, para no ser un comparsa en esta sociedad que me agobia y que se que les agobia a ustedes, les quiero decir que podemos logarlo solo de nosotros depende.

[1] G. Luckàcs, El asalto a la razón.
[2] F. Nietzsche, El ocaso de los ídolos. Edimat libros
[3] En razón a esto me es necesario detenerme puesto que Nietzsche hace una abierta crítica al cristianismo y a los eclesiásticos, lo que se concretaría con mucho mas fuerza en el libro El Anticristo publicado en 1888 y es la época de mayor producción de este connotado autor, para ejemplificar lo anterior cito el articulo primero de la ley contra el cristianismo presente en el mismo libro: “Se considera viciosa toda forma de ir en contra de la naturaleza. La clase más viciosa es el sacerdote, puesto que enseña ir en contra de la naturaleza. Contra el sacerdote no valen razonamientos, no cabe más que la cadena perpetua”